-Eh, Jane, estas temblando.
-¿Y qué esperas que haga?
-No lo sé, ¿relajarte? No voy a hacerte nada.
-Ese es el problema, que nunca haces nada. ¡Despierta! ¿No me ves? Estoy temblando, ¿a qué estas esperando para abrazarme y dejar de preguntar por cualquier cosa? A veces lo correcto no es lo valido en estas situaciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario