jueves, 22 de julio de 2010

Convivencia



Lacey Olson tenía muy claro que iba a dormir con Vega en aquél viaje, lo que no esperaba era que de repente Lalia Magoo se hiciera un hueco en la tercera cama de aquella habitación. Y eso, para ella, era terriblemente exasperante. Una cosa esa mantener la buena cara y la sonrisa con ella durante el curso, ¿pero en el viaje?¿En la misma habitación? Inaguantable.

Lacey Olson dejó toda la ropa encima de su cama en pequeños montoncitos, y cuando se dio la vuelta, Lalia había desaparecido, dejando todo un reguero de ropa encima de su cama, la puerta de la habitación dando bandazos en el aire abierta y un suspiro en los labios de Lacey.

Volvió a mirar su maleta ya vacía y se arrancó un trozo de la piel del labio nerviosa. Menos mal que antes de todo aquello, había realizado clases de yoga y taichí.


Carey Summer abrió el balcón y se asomó, paseando descalza sobre el frío azulejo. Su pelo rizado se movió con el poco viento que hacía aquella tarde y una sonrisa se dibujo en su rostro. Estaba feliz. Por fin, un viaje, con todos, o casi todos. Por lo menos, tenía algo bueno antes de marcharse.


Las voces claras y apagadas junto a ella la hicieron dar un bote. Pero nadie se dio cuenta, ambas voces estaban demasiado ocupadas en su conversación.

Roman Steele no había perdido el tiempo, y apoyado sobre los ladrillos que separaban los dos balcones unidos, charlaba alegremente con una rubia, de metro ochenta y ojos claros, que a ojos de cualquiera era una pobre chica extranjera. Y más, a ojos de Roman.

Carey bajó la mirada, y después volvió a mirar el cielo que ya no le parecía tan claro y azul como antes. El agua se perdía en el horizonte, se perdía como sus ganas de continuar allí. Lo que podían cambiar los sentimientos en unas décimas de segundo.

Carey Summer dio media vuelta dispuesta a entrar en su habitación y la de su mejor amiga. Un carraspeo la detuvo y se giró, curiosa.

-¿No pensabas ni siquiera decirme “hola”?-preguntó Roman, cambiando de bando y apoyándose en su balcón.

-Parecías estar muy ocupado.-respondió Ccarey intentando fingir indiferencia.-No quería interrumpir.

-Tú no interrumpes. Aunque si, era importante.-respondió encogiéndose de hombros y palpándose los bolsillos de su pantalón vaquero. Sonrió con malicia al encontrar lo que buscaba.-Mira lo que resultan tener las de al lado.

Carey Summer abrió mucho los ojos y miró la bolsita de plástico, repleta de un material verdoso casi triturado. Las mejillas le temblaron en un intento por no sonreír.-¿Estas seguro de que es...?

-¿Me iban a engañar a mí?-preguntó Roman alzando las dos cejas.

No, nunca. Pensó Carey mientras Steele se volvía a guardar la bolsita de plástico en los pantalones vaqueros.

-Luego me paso por tu habitación.-le avisó sin preguntar, y se dio la vuelta para volver a la suya. Un montón de voces le dieron la bienvenida. Carey Summer miró por el cristal de la puerta de su balcón y se mordió el labio inferior. Ahora tendría que explicárselo a su mejor amiga.

1 comentario:

  1. Oye, mola, aunque me gustaría saber de dónde sale esto, porque como nunca me cuentas NADA... ¡Jum! >___> ¡Chumacha insolente! Me voy a cabrear contigo al final! xD

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